NOTICIAS DE GUIPUZCOA
josé ortega abogado de la asociación española de afectados por la ley de costas
«Están creando mecanismos coactivos para lograr la sumisión del ciudadano con el Estado»

Ortega es el abogado que más demandas ha ganado al Estado en materia de Ley de Costas. Gracias a su labor, hoy se mantienen en pie varios pueblos enteros de Canarias que el Estado quería derribar. A pesar de sus éxitos, denuncia la precaria situación judicial que padecen los afectados

iraitz astarloa- Lunes, 30 de Abril de 2012 – Actualizado a las 05:28h

Donostia. Consciente de que el Estado gana el 99,9% de los litigios en materia de costas, Ortega continúa luchando contra la injusta situación que padecen 400.000 familias de todo el Estado. Su estrategia: que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos admita los casos de estos millares de afectados, ya que «no se puede esperar nada» de los tribunales estatales.

¿En qué situación se encuentran ahora mismo los afectados?

Parece que puede haber una cierta moderación en la aplicación de la Ley de Costas, lo que no significa que se hayan paralizado los derribos. Se puede decir que se ha levantado el pie un poco del acelerador, pero sigue habiendo mucha gente que está en el corredor de la muerte.

¿Puede atribuirse este cambio de actitud al cambio de Gobierno?

Yo no lo achacaría directamente a eso porque el cambio de gobierno todavía tiene que notarse, se tienen que hacer con los cargos, con la situación… Además, en el último año de Gobierno socialista ya hubo un giro de 180º en la aplicación de la ley.

El pasado 9 de abril el ministro de Medio Ambiente informó de que la nueva ley de costas llegará antes del verano.

Eso es absolutamente imposible. Ahora mismo no hay un texto escrito conocido así, que a lo sumo se mandará al Parlamento un proyecto de ley. Ahora con la mayoría absoluta todo es más fácil y puede que el proceso sea más rápido, pero creo que dos años sería un plazo muy realista para que llegue la ley.

¿De qué manera va a afectar la nueva ley a las familias sometidas a la Ley de Costas?

Pienso que la nueva ley no va a cambiar nada ni va a hacer absolutamente nada por ellos. El Gobierno le va a dar una capita de barniz al tema, pero no creo que cambie absolutamente nada.

Así que el cambio no invita a ser optimistas.

El ministro dijo que va a facilitar la desafección -dejar de considerar de dominio público una zona así considerada- de las zonas degradadas, lo que puede provocar arbitrariedades. Entiendo que las zonas degradadas son aquellas que más urbanizadas están, es decir, barrios o grandes urbanizaciones que afectan a miles de familias. Las cuatro o cinco familias que viven en su casita, aislados, no viven en zonas degradadas porque están menos construidas, por lo que se va a producir un trato más favorable por el mero hecho de pertenecer a un grupo grande.

¿Tienen alguna posibilidad los afectados de ganar la batalla judicial al Estado?

Lo que se está produciendo en la Audiencia Nacional es un espectáculo. Te dicen a todo que no. Yo soy el abogado que más veces le ha ganado a Costas, quien más deslindes he conseguido anular y, con todo, el Estado está ganando el 99,9% de los litigios.

¿Qué ocurre con los Tribunales de primera instancia?

Primero, que te dicen a todo que no y luego, respecto a la calidad de la sentencia, dan la vuelta a tus argumentos, los despiezan, los descomponen, los separan de su contexto de una forma irritante en favor del Estado.

¿Cabe recurrir ante el Tribunal Supremo?

Desde hace tres años, en el Tribunal Supremo han decidido no admitir absolutamente nada a trámite por motivos estrictamente formales. Hemos llegado a una situación en la que no se están admitiendo recursos por escribir una coma en lugar de un punto. Estamos en un proceso en el que la administración de justicia se está disipando por los aires.

¿Qué ocurre con el Tribunal Constitucional?

Nos encontramos con que si ya era poca la subjetividad con la que aceptan las sentencias, desde 2007 se ha introducido un nuevo requisito, que desde mi punto de vista es una vergüenza enorme, para admitir los recursos a trámite. Entienden que para admitirla a trámite tiene que tener relevancia constitucional, es decir, te están diciendo que te pueden estar violentando uno o más derechos fundamentales de la persona y, a pesar de todo, no te lo admiten si no tiene especial relevancia en la interpretación de la Constitución.

¿Se enfrentan los afectados a alguna traba más?

Con la reforma de las leyes procesales se introdujo en concepto de la condena en costas, es decir, que si tú pierdes el procedimiento, donde antes no existía consecuencia económica alguna, ahora te condenan a pagar los honorarios del abogado del Estado. Esto en una situación en la que tienes un 1% o 2% de probabilidad de ganar el litigio se traduce en que están creando legislativamente mecanismos coactivos para lograr la sumisión del ciudadano contra el Estado, y esto es muy serio.

¿En que situación nos quedamos los ciudadanos?

No se puede esperar nada de los jueces en este país. El Estado se está convirtiendo en una especie de vaca sagrada y lo que están haciendo los tribunales es que no haya capacidad de reacción por parte de los ciudadanos contra el Estado. Se está produciendo una sumisión-resignación entre los ciudadanos y esto es absolutamente grave porque está haciendo peligrar la calidad de la democracia.

¿Esta situación va a prolongarse mucho en el tiempo?

Tengo la sensación de que en un plazo de 10-15 años esta situación tan extraña y tan injusta de los tribunales en España se va a tener que normalizar a consecuencia de la cascada de sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.

¿Es esta la última instancia que les queda a los afectados?

La gente cree que es otra instancia más, pero no. Es un convenio por los derechos fundamentales de la persona, por lo que yo lo que hago es, desde el minuto cero, vincular el litigio con el convenio europeo de derechos humanos porque, como en la vía judicial española no cabe esperar nada, la única opción es que este tribunal admita el caso.

Publicado en
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2012/04/30/sociedad/euskadi/estan-creando-mecanismos-coactivos-para-lograr-la-sumision-del-ciudadano-con-el-estado

@abogadodelmar

Diario Levante

La Plataforma se reunió ayer en el Puig para analizar los cambios en la normativa para la protección del litoral
V. CONTRERAS EL PUIG
Los representantes de varias asociaciones de toda España que forman la Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas se reunieron ayer en el Puig para analizar la reforma de esta ley que prepara el Gobierno de Mariano Rajoy y preparar un escrito con varias reivindicaciones que quieren impulsar a través de los ayuntamientos. Según explicó tras al asamblea el portavoz de la Plataforma, José Ortega, por lo que hasta ahora ha dejado entrever el Ministerio de Medio Ambiente sobre la reforma «parece claro que de la definición del dominio público marítimo terrestre se quedará como está, lo que no es bueno para la convivencia ya que los límites del dominio público dependerán de algo tan variable como el alcance máximo de los temporales».
Pero, sobre todo, Ortega destaca que el concepto de desafecciones que podría incluir la reforma «beneficiará a las urbanizaciones más grandes ya que el Gobierno prevé desafectar las zonas que estén más degradadas». «Es decir -subraya el portavoz de la plataforma-, al final se estará premiando a aquellos que más han construido y más han degradado el litoral». También critica esta asociación que, al menos de momento, no se haya hablado de destinar las inversiones pública a evitar la erosión de la costa.
Ortega explicó ayer que la Plataforma reune a cerca de 9.000 propietarios de viviendas de toda España afectados por la Ley de Costas.

Publicado en
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2012/03/04/afectados-ley-costas-cree-reforma-beneficiara-han-construido/886834.html

http://www.costasmaritimas.es
joseortega@costasmaritimas.es

El abogado de varios establecimientos de El Golfo argumenta que no solo Cataluña, sino un término municipal como el de Barcelona, ya disponen de estas transferencias desde el año 2009

José Ortega: «Será positivo y se logrará que Canarias reciba del Estado las transferencias en Costas»

Denuncia que las viviendas siguen esperando respuesta a la solicitud administrativa de enero de 2007 tras el deslinde de Costas y pone como ejemplo grave de los «vaivenes» de la Administración el exagerado deslinde en Famara

Crónicas · 19 de septiembre de 2011


José Ortega, el abogado entre otros de los propietarios de varios restaurantes de El Golfo, en el municipio lanzaroteño de Yaiza, afectados por el deslinde de Costas, ha asegurado en Crónicas Radio que «será bueno y se logrará que el Estado transfiera a la Comunidad Autónoma de Canarias las competencias en materia de Costas».

A su juicio, «sería positivo para los afectados porque siempre que la admnistración más cercana, en este caso Canarias, puede tomar decisiones, será mejor para los ciudadanos que en el caso de que se tomen desde Madrid». En esa hipotética situación, cree que «podría haber también algún pase de rosca de demasiada complicidad, como pasa a veces», pero no cree que esa sea la norma, sino que «habrá más comprensión y más atención a la sociedad, que buena falta hace».

De esta manera respondía Ortega en el programa ’A Buena Hora’, de Crónicas Radio, al ser cuestionado por una propuesta que partidos como Coalición Canaria (CC) ya han trasladado en reiteradas ocasiones al Gobierno central, como ha ocurrido este mismo fin de semana.

Según predice el letrado, estas competencias «se van a dar» a Canarias. En primer lugar, porque hay otras comunidades autónomas que ya las tienen, como Cataluña y, segundo lugar, porque hay casos como el del Ayuntamiento de Barcelona, que tienen desde el año 2009 transferidas las competencias en materia de Costas dentro de su propio término municipal. «Oído al parche», esboza Ortega.

Restaurantes y Viviendas de El Golfo

En cuanto al reciente caso en el que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) acaba de dictar sentencia declarando la nulidad de una resolución sancionadora con desmontaje de determinadas instalaciones del restaurante Casa Plácido en El Golfo, el abogado entiende que la Dirección General de Costas» ha ido a buscar lo más vulnerable, lo más débil, en este caso esas pretendidas ocupaciones ilegales que Costas decía que eran ilegales. Eso habría arruinado la vida económica de El Golfo».

Eso sí, matiza que «las viviendas no tienen ningún tipo de expediente sancionador abierto. En teoría lo que haría Costas en el peor de los casos es una recuperación posesoria, que es el tipo de expediente que da lugar a todos estos derribos que está habiendo en Canarias», precisó. Sin embargo, denunció que «nosotros tenemos solicitada la concesión administrativa de la Transitoria Primera -en teoría te quitan la propiedad y te tienen que compensar con la concesión, pero luego es justo al contrario, en la práctica hay concesión o derribo- desde el mes de enero de 2007», algo que refleja a su modo de ver «lo arrogante e ineficaz que resulta esta Administración tan poderosa, que no ha sido capaz de contestar a esta solicitud y la mantiene ahí durante años».

Famara, el ejemplo de los «vaivenes» de Costas

Para este abogado, el deslinde de Famara es «el mejor ejemplo de los vaivenes de Costas y del inmenso poder que tienen sus ingenieros». Según explica, en esta zona del municipio de Teguise «hay un deslinde absolutamente increíble, que no cabe en cabeza humana, porque habían metido la línea para dentro de Los Volcanes, algo así como 900 ó 1.000 metros alegando que había transporte eólico», dijo.

Además, tras las pertinentes protestas municipales, «Costas metió la línea otra vez hacia fuera, pero brutalmente, pues cogieron solo 50 metros».

Sentencias

En la última sentencia notificada hace unos días a uno de los restaurantes de El Golfo, en Yaiza, la resolución fue dictada por la Jefatura Provincial de Costas de Las Palmas y obedece a un expediente sancionador que, junto a otros de la misma zona, fue tramitado de forma fulminante nada más aprobarse el deslinde, contra varios restaurantes de la zona, a los que se reprochaba la ocupación de dominio público y la servidumbre de tránsito por las mesas y sillas de las terrazas.

La sentencia declara la nulidad de los actos combatidos por haberse causado indefensión, ya que la Jefatura Provincial de Costas no sólo no accedió a practicar la prueba pedida por el abogado de los propietarios del restaurante, sino que ni siquiera se dio por enterada de la petición. El abogado, José Ortega, considera que de esta manera la «arrogancia de la Administración y su desprecio» por los derechos individuales se ha vuelto contra la propia Administración.

Esta sentencia se suma a la que fue dictada antes del verano en relación con el derribo de la terraza del restaurante El Bogavante, en la misma localidad. Con ellas queda demostrado que es posible vencer a Costas y que por lo tanto la marea de derribos en las playas de Canarias dista mucho de ser inevitable.

Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas

José Ortega , el abogado que ha obtenido la sentencia, es fundador de la Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas y autor del informe sobre aplicación abusiva de la ley de costas que dio lugar a la declaración del pleno del Parlamento Europeo de 26.03.2009 condenando a España por aplicación retroactiva de esa ley y reclamando su reforma. Ha obtenido de los tribunales la nulidad de un deslinde en Punta Larga (Candelaria) y la de un conjunto de siete derribos en El Remo (La Palma) y uno más en La Oliva (Fuerteventura), además del correspondiente al restaurante Bogavante. Al mismo tiempo, ha conseguido la suspensión judicial in extremis de numerosos derribos en El Puertito de los Molinos (Puerto del Rosario, Fuerteventura) y en otras localidades de Fuerteventura

Publicado en Cronicas de Lanzarote:
http://www.cronicasdelanzarote.es/spip.php?article36116

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La I JORNADA DE ESTUDIO DE LA LEY DE COSTAS, organizada por la PLATAFORMA  NACIONAL DE AFECTADOS POR LA LEY DE COSTAS, deparó mucha emoción, muchas sorpresas y mucha satisfacción.

El acto central de la Jornada reunió en una mesa a:

-Francisco Montoya, Ingeniero de Caminos, antiguo Subdirector General de Costas y corredactor del reglamento de costas.

-Alfredo Masó, profesor de Macroeconomía de la Universidad de Alicante, presidente del colectivo de Arenales del Sol y miembro de la junta directiva de la Plataforma.

-José Luis Almazán, Ingeniero de Caminos, funcionario en excedencia de la Dirección General de Costas y profesor de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid.

 -Mario García, alcalde de Nules.

  -José Serra, Ingeniero de Caminos y catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia. Director del Laboratorio de Puertos y Costas de esta Universidad.

  -Un servidor, Abogado.

  Todos moderados por Carolina Fernández, periodista de Las Provincias.

   Me parecieron especialmente significativos los puntos de vista de Almazán y Montoya, dos funcionarios del Estado que han estado durante años trabajando en la casa y que no mantienen puntos de vista muy alejados de los de los afectados en cuanto a la vigencia actual de la ley de costas y la conveniencia de su reforma.

  Montoya es un interesante conversador. Hace no mucho, cuando era Jefe de Costas de Castellón, hizo algo insólito: Me llamó para cambiar conmigo impresiones sobre la ley y su aplicación. Yo, acostumbrado a todo lo contrario, la verdad es que no sabía qué pensar mientras acudía a su despacho. El encuentro fue franco, respetuoso y creo que fructífero. Entonces, como no me lo explicaba, sospechaba que la maniobra escondía alguna directriz tremebunda de los jefes de Madrid. Ahora pienso que Montoya era y es un intelectual y que sólo quería conocer mi punto de vista. La prueba de ese carácter es que en estos días, al poco tiempo de su jubilación, en vez de tumbarse en el sofá a ver Tele 5 se ha puesto a redactar su tesis doctoral, que naturalmente va de la ley de costas.

  A Almazán no lo conocía hasta hace poco, pero cada cambio de impresiones de los que había mantenido con él acreditaba su profundísimo conocimiento y su dilatada experiencia a todo lo relativo a las costas. Su ponencia lo demostró. No sólo sabe. Además es valiente.

  Serra intervino en sustitución de su compañero José Medina, que sufrió un imprevisto. Pensé que era mejor traer a la mesa redonda a Medina porque Serra le ha hecho un flaco favor a los vecinos de La Casbah, ya que como responsable del programa de vigilancia ambiental de la ampliación del puerto de Valencia de 2007, no ve relación entre dicha ampliación y la fortísima erosión marina en las playas del Saler y Pinedo, que recientemente descalzó el paseo marítimo situado frente a la Casbah. En todo caso, su autoridad en la materia está fuera de toda duda y sus buenas relaciones con el Gobierno ponen aún más en valor los puntos de vista reformistas que mostró.

Mario García es el alcalde de un pueblo como Nules, que sufre como ninguno por la erosión marina y que está perdiendo superficie a ojos vista como consecuencia del efecto sombra del puerto de Burriana.

De Alfredo qué os voy a contar. Fue el auténtico inspirador de esta cosa que es la Plataforma cuando en una comida en Alicante, en septiembre de 2007, me propuso de forma directa que uniera a todos los colectivos que trabajaban conmigo en un gran colectivo nacional.  Antes, después y durante ha luchado no sólo contra los de enfrente, sino también a veces contra los de al lado.

No voy a contar ahora ningún resumen de lo sucedido en la mesa. No tiene sentido primero porque saldría un rollazo de varios folios y segundo porque en cuanto me pasen la grabación colgaré los videos y todo el mundo podrá enterarse de pe a pa. No obstante, os traslado desde este momento mi perplejidad ante la opinión unánime de todos los presentes en el sentido de que es precisa una reforma de la ley de costas. Esto es algo que resultaba impensable hace no mucho tiempo.

 Recuerdo que cuando pusimos en marcha la Plataforma, aquel 8 de enero de 2008, alguien muy entusiasta propuso meterse con la ley y lo desaconsejé porque en aquel momento la sociedad no estaba preparada y corríamos el riesgo de pasar por señoritos privilegiados a quienes incomodaba una ley de protección del medio ambiente bastante prestigiosa. Ese momento ha quedado muy atrás. Ahora, después de todo lo que llevamos hecho y sufrido, no sólo se puede pedir una reforma de la ley, sino que la reclaman con nosotros los mayores expertos del país.

Una vez, mientras me encontraba en la herboristería Pepe Navarro, recibí la llamada de Marcial Pina, de Arenales del Sol. Era un hombre muy solemne. Después de una breve conversación, concluyó diciéndome varias veces: “No nos deje… No nos deje”.

Recuerdo otro día, en un otoño frío y en una casa enorme y más fría aún, cuando conocí a José Martí, un prestigioso abogado mercantilista de Barcelona que me llamaba para salvar aquel caserón, su casa familiar de Oliva.

Y también recuerdo el verano de 2007, cuando un sonriente Juan Miguel Terradez llevó al maltrecho local de la asociación de vecinos de la Casbah unos cubitos de limón granizado para celebrar su cumpleaños en medio de una reunión de trabajo en la que ya se empezó a fantasear con una fórmula colectiva de defensa que fuera más allá de los recursos administrativos o judiciales.

Los tres murieron en el camino sin llegar a ver este momento, que creo que es un momento histórico que va a hacer de gozne para cerrar un tiempo y abrir otro nuevo. El momento en el que todos y cada uno de los componentes de la mesa de discusión, consultados por Carolina Fernández, respondieron SÍ a la pregunta de si había que reformar la ley de costas.

 Como dije en mi turno, la ley se reformará gracias a una labor tranquila, inteligente, pacífica y constructiva llevada a cabo por la Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas desde el momento mismo de su fundación. No hemos chillado, no hemos insultado, ni hemos roto cristales. Hemos metido el dedo en el ojo, como debía ser, pero con educación y poniendo la semilla donde podía germinar y crecer, no en el suelo estéril de esta España de cuya vida pública los valores de justicia, ética y dignidad parecen haber huido.

 El trabajo que hemos hecho es un ejemplo de cómo la sociedad puede sobreponerse al aparato del Estado. Una sociedad donde sucede algo así sigue siendo una sociedad saludable. Creo que hemos dado un ejemplo de lucha cívica.

LIBRES PERO SIN ALAS

abril 4, 2011

 

  Un Estado sin alma en guerra contra el alma del pueblo.

  En 1988 el partido socialista puso en marcha una ley para proteger las costas. Era necesaria, porque la aplicación de la ley entonces vigente doy fe que era de risa. Pero quizá hubiera sido más apropiado ponerse serio con la que ya había y dejar de hacer el tonto.

 La ley nueva ampliaba las definiciones del dominio público dando lugar a que enormes espacios que antes eran privados pasasen a poder del Estado. Esto, naturalmente, planteaba un problema de cuidado en relación a las viviendas existentes en esas zonas, porque por un lado la propiedad no se puede suprimir de un plumazo y por otro no había dinero suficiente en España para indemnizar esas expropiaciones. La solución fue una síntesis en la que la indemnización no se daba en dinero, sino mediante una autorización temporal para seguir habitando la casa expropiada como concesionario. El Tribunal Constitucional dijo que eso era compensación suficiente (¿?) y la cosa quedó así hasta que nació la Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas para denunciar los abusos del Gobierno sobre los humildes, los pobres, los desamparados y sobre la clase media y consiguió, entre otras cosas, que el pleno del Parlamento Europeo (26.03.09) declarase que aquel mecanismo era en realidad una expropiación sin indemnización.   Así es como lo consideran todos: afectados, políticos y gobiernos europeos y medios de comunicación. Todos excepto el Gobierno y los jueces de aquí.

   La praxis de la ley de costas sugiere un país que quiere vivir por encima de sus posibilidades reales. Rescatar los antiguos terrenos dunares y rehabilitarlos está bien. Hacerlo a coste cero sobre las costillas de los ciudadanos, en cambio, no resulta tolerable. El Estado se porta como esas familias que ansían tener el coche de último modelo, la tele de más plasma y más pulgadas y el sonido más estéreo, pero a la que no le llega el sueldo. Es lo mismo. Lo que pasa es que lo disfrazan estupendamente pero en el fondo es eso. Quieren limpiar las playas de pobres para fomentar el turismo de calidad y a esos pobres que los zurzan.

 No somos capaces de encontrar el término medio. O vendemos el país a los especuladores o lo entregamos a unos funcionarios fanáticos que echan arena sobre el bosque para decir que es una duna y que se presentan por sorpresa y sin autorización judicial para derribar las viviendas de familias humildes. Pero estos  celosos señores de la ley y el orden ni siquiera son capaces de guardar coherencia con su propia severidad porque,  aunque sea increíble, al mismo tiempo que se dictan actos retroactivos pasando al dominio público viviendas construidas fuera de él y anteriores a la ley, en este momento hay en España varios procesos de desafectación (retirar el carácter de dominio público) de terrenos donde los especuladores construyeron cuando ya eran dominio público. Es un espectáculo de circo ver cómo se priva de su propiedad y se derriban viviendas alzadas en terrenos privados, comprados y pagados, y se desafecta lo construido sobre el dominio público. Lo que pasa es que esto lo llevan con mucha discreción.

  El desaliento de las víctimas de estos feroces ejecutores de la ley de costas queda bien resumida en los versos de Blas de Otero, que nos define como ciudadanos libres pero sin alas. Tenemos derechos, sí, pero hasta que nos toca la china de cruzarnos en el camino del Estado. Como te pase eso, despídete. Parecía que Serrat estaba pensando en estos cuando escribió aquel tema que decía “no conocen ni a su madre cuando pierden el control”.

   Llegará el día en el que España se libre de los lobos que nos afligen, de los fanáticos, los sectarios y los soberbios señores acostumbrados a pasarnos por encima para cumplir lo que ellos creen que es un ideal. Llegará el día en el que España no sea una democracia de cartón pintado inflada con consignas de aire.  Llegará un día en el que no hará falta luchar por lo que es evidente. Pero ese día no ha llegado. Y no llegará si descansamos o lo dejamos correr. Esta no es una lucha por el derecho de propiedad de unos pocos. Es una lucha por la dignidad. Escuchando el llanto de las víctimas es como he llegado a percibir el envilecimiento del sistema y a comprobar que el problema no es la ley de costas, sino una democracia que no funciona.

   LIBRES PERO SIN ALAS es un documental producido por LUGALBANDA SL que cuenta cómo un Estado sin alma hace la guerra al alma de su propio pueblo y cómo la sociedad puede prevalecer frente al Estado empleando como arma sólo la palabra.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/principio/fin/Ley/Costas/elpepusoc/20110222elpepisoc_2/Tes

La norma que protege el litoral se ve amenazada por cinco iniciativas legislativas – Casi 23 años después de su aprobación, los perjudicados cantan victoria

RAFAEL MÉNDEZ – Madrid – 22/02/2011

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La Ley de Costas está tocada, quizá herida de muerte. Puede que caiga este año o el que viene. Puede que la legislatura se agote antes de que cuajen los cambios legales en marcha que pretenden minarla. Pero eso no es lo más relevante. La ola contra la ley, aprobada en julio de 1988, la presión para mantener la ocupación del litoral es tan grande y procede de tantos frentes, que caerá más temprano que tarde. Esa es al menos la impresión de ecologistas, perjudicados por la ley y la mayoría de partidos políticos.

La Ley de Economía Sostenible prorroga una refinería que ocupa una marisma

El Senado aprobó por mayoría rebajar la norma como pedían CiU y PP

El abogado de los afectados: «Es cuestión de tiempo que caiga la ley»

Los ecologistas critican la cesión de competencias a las comunidades

La recopilación de leyes en marcha para reformar la Ley de Costas es amplia. Algunas iniciativas no tienen demasiado calado, otras son puntuales, pero juntas revelan las presiones a las que está sometida la norma.

En diciembre de 2008, el Ministerio de Medio Ambiente utilizó la Ley de Navegación Marítima para intentar que las casas construidas sobre la playa legalmente antes de la norma se pudieran comprar y vender . La reforma sigue encallada. El Defensor del Pueblo criticó la opacidad del trámite, pero la técnica se repitió. En agosto llegó la Ley de Puertos, de Fomento, que suavizó las condiciones para convertir los faros en hoteles y restaurantes. Hay más: el PSOE ha utilizado la Ley de Costas como moneda de cambio con el PNV y en la Ley de Economía Sostenible apoyó una enmienda para reformar la Ley de Hidrocarburos y alargar la concesión a una refinería en dominio público. El objetivo es que la instalación de Petronor en las marismas de Muskiz (Vizcaya), cuya concesión caduca en 2012, siga en pie después de esa fecha. El presidente de Petronor, el exlíder del PNV Josu Jon Imaz, llevaba meses buscando fórmulas para eludir la Ley de Costas.

En los grupos de trabajo para elaborar la Ley de Sostenibilidad de las Ciudades, de la secretaría de Estado de Vivienda, se llegó a barajar la posibilidad de suavizar la ley con el objetivo de hacer más atractivo el stock de viviendas en la costa a compradores extranjeros, según fuentes próximas a la negociación. La ley no incluirá ninguna medida en este sentido, según una portavoz de Vivienda.

El director general de Costas, del Ministerio de Medio Ambiente, Pedro Antonio Ríos, no parece cómodo justificando estos cambios: «Modificar la Ley de Costas mediante la Ley de Economía Sostenible no me parece riguroso, creo que sería mejor decir qué quieres hacer con la ley». Ríos, con amplia experiencia parlamentaria, pide que se distinga entre su labor y las reformas que acepta el PSOE: «Costas no ha hecho ninguna enmienda, la habrá hecho el grupo parlamentario dentro de los equilibrios parlamentarios. Si es para sacar el presupuesto me parece bien».

Ríos sostiene que no hay que exagerar la polémica: «El 94% de la aplicación de la Ley de Costas ya ha sido eficaz y ahora hay que resolver el 6% restante que lo hacemos desde la concertación. No amañamos la ley a esas situaciones, sino que gestionamos en función del territorio».

Los ecologistas critican que «quienes defienden la Ley de Costas impulsan modificaciones para indultar fábricas por la puerta trasera», como resume Pilar Marcos, responsable de Costas de Greenpeace.

La oposición va más allá. PP y CiU ya hablan abiertamente de cambiar la norma -en los ocho años de Gobierno del PP se aplicó la ley sin reformas-. Ambos partidos presentaron proposiciones de ley en el Congreso en otoño y las perdieron por un voto en la Comisión de Medio Ambiente. Entre carreras, el PSOE consiguió los diputados suficientes para tumbarlas.

Pero el empeño no acabó. El pasado 9 de febrero, el Senado aprobó la toma en consideración de dos proposiciones de ley para reformar el texto. CiU propuso excluir de la norma algo que definió como «ciudades navegables», en alusión a la Marina de Empuriabrava, una urbanización con puntos de amarre junto a los chalés en la costa de Girona, y mantener algunas zonas urbanas fuera de la aplicación de la ley.

El PP logró aprobar otra proposición para indemnizar a los dueños de fábricas construidas en dominio público antes de 1988. El PP, que durante años criticó la aplicación de la norma, ha pasado a cargar contra la ley en sí. Según el portavoz de Medio Ambiente, Carlos Floriano, su propuesta «permite abrir vías claras para resolver un problema que afecta a muchos ciudadanos españoles y superar así la situación de inseguridad jurídica». Las dos proposiciones pasan al Congreso, donde se deberán debatir y donde CiU y PP tiene más difícil conseguir una mayoría como la del Senado. Y puede que la legislatura se agote sin que prosperen.

La portavoz popular en el Senado, Leticia Díaz, declaró en la tribuna: «La redacción de esta ley permite su aplicación arbitraria, porque está plagada de conceptos jurídicos indeterminados». La norma no fija una distancia para definir el dominio público, sino que utiliza conceptos geográficos como las playas, «el límite hasta donde alcanzan las olas en los mayores temporales conocidos», «las marismas, marjales y esteros».

Las casas construidas legalmente en esa zona antes de 1988 recibieron una concesión de 30 años, ampliables a 60, en una singular expropiación que el Tribunal Constitucional avaló en 1991. El plazo, que se veía como inalcanzable, comenzará a vencer en 2018. Los dueños ya ven próximo el riesgo de que sus propiedades pasen a propiedad estatal y, previsiblemente, sean derribadas.

José Ortega, abogado y portavoz de la Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas, habla convencido de que no hay marcha atrás: «Cuando empezamos, en 2007, parecía que esto era una batalla de señoritos, pero hemos demostrado que no es así. Ahora habrá que ver cómo se reforma la ley, pero ya es cuestión de tiempo. No queremos el litoral construido, pero sí que se respete el derecho de los ciudadanos».

Algunos Parlamentos autonómicos libran su propia guerra. Canarias y Galicia aprobaron sus leyes contra la norma estatal. El ministerio recurrió al Constitucional ambas normas. Lo mismo anunció con otra ley gallega pero finalmente lo desestimó al pactar con la Xunta la interpretación.

¿Por qué ahora? ¿Por qué una ley vigente durante más de 20 años recibe de repente un ataque tan directo? Ortega defiende que hasta 2004 la ley se aplicó con lo que él define como sentido común. Afirma que fue la llegada del PSOE al Gobierno, y de Cristina Narbona al Ministerio de Medio Ambiente, lo que cambió todo al aplicar la ley con firmeza.

Los números muestran un avance. Entre 1988 y 2003 se deslindaron -el trámite que delimita la zona pública y privada de costa- 4.659 kilómetros de litoral. Entre 2004 y 2010, 3.880 kilómetros, según las cifras del PSOE. Ya está deslindado un 95% de la costa y la previsión del Ministerio de Medio Ambiente es rondar el 100% al terminar la legislatura.

Ríos critica que PP y CiU «intentan amañar la ley». «Quieren crear una cosa muy graciosa, ciudades navegables, para quedar bien en Empuriabrava. Y el PP quiere mantener el uso privado en el dominio público, un concepto prohibido en la Constitución».

La ley es, sin duda, polémica. Es difícil no simpatizar con quien ha comprado una casa en la playa sin que el notario ni el banco ni nadie le advirtiera de que podía estar en dominio público. Cuando después ha llegado Costas han descubierto que no pueden vender la propiedad. Muchos de los afectados son extranjeros -británicos y alemanes, principalmente- y con sus quejas han hecho que el Parlamento Europeo, Reino Unido y Alemania critiquen la norma. Los afectados aducen que las playas españolas están jalonadas de hoteles -el Algarrobico cumple cinco años parado por un recurso de los ecologistas- mientras sus chalés son expropiados.

Ríos admite que ha habido problemas de inscripción de viviendas en la playa que nunca debieron recibir los papeles: «Ha habido registro de propiedades en la costa, sí. Pero no solo en la costa, también en los ríos. Es verdad que no hemos tenido instrumentos que deberíamos haber tenido». El Gobierno intenta ahora que el catastro incluya los datos de Costas -solo cuatro provincias lo tienen-, algo que un europeo no puede comprender.

Pilar Marcos, de Greenpeace, resta importancia a la polémica: «Hay mucho ruido. Dicen que hay 1.500 o 2.000 afectados en toda España. Suponiendo que sea así, es muy poca gente frente a la mayoría del país. Algo que no justifica recortar la norma».

Rita Rodríguez, abogada de la ONG WWF, que le ha ganado a Costas relevantes pleitos, tiene un planteamiento similar: «La ley trata de prevenir los atentados de privatización del litoral para que las ocupaciones fuesen transitorias. Un terreno libre y gratuito es muy codiciado, pero eso no implica que debamos ceder a las presiones. La gente se manifiesta por lo suyo, pero la inmensa mayoría no sale a defender lo público». WWF ganó en el Supremo el pleito contra los vertidos de Fertiberia (Huelva) y en 2007 el mismo tribunal le dio la razón y anuló la decisión del Gobierno de construir un macropolígono industrial en dominio público en Las Aletas (Puerto Real, Cádiz). La sentencia no ha desanimado al Ejecutivo socialista, que prepara un nuevo informe para retomar la obra.

Los defensores de la ley ven otra nube: la cesión de competencias a las autonomías. Cataluña recibió competencias en su Estatuto y lo mismo hizo Andalucía. El anuncio del traspaso de competencias a la Junta andaluza enterró de inmediato el conflicto sobre el deslinde del Parque Nacional de Doñana, que Costas ejecutó bajo el mandato de Elena Espinosa de la forma más proteccionista posible.

Ríos defiende los traspasos: «Lo razonable es que la codecisión funcione de distinta manera pero en todas las comunidades». El director general defiende la gestión a base de pactos con alcaldes y consejeros («no vale un concepto policial de la acción, en el que se aplica a rajatabla una política») y, aunque es contrario a una reforma legal en este momento apunta: «La ley no está agotada pero ha cumplido una etapa».

El catedrático de Costas de Granada Miguel Ángel Losada discrepa: «No quieren afrontar el problema, prefieren diluirlo cediendo competencias. Localmente siempre es más difícil poner orden en la costa. Esta es una ley que conviene gestionar desde lejos. Vamos a perder todos los españoles por no hacer frente a una situación compleja».

EL PRINCIPIO DEL FIN

febrero 9, 2011

Esta es una crónica de urgencia que realmente merece la urgencia. Acabo de salir del Senado, donde he tenido la suerte de vivir un momento histórico. Hoy ha empezado a desmoronarse el bunker de los ingenieros de costas y los arrogantes señores que creían que los ciudadanos iban a resignarse por siempre a su tiranía, a sus ideas integristas y a sus malos modos.
En primavera recibí una llamada de la senadora del PP Leticia Díaz. Me dijo que estaba preparando una reforma de la transitoria segunda de la ley de costas y me pidió amablemente ayuda. Agradecí el gesto, puesto que ella además de senadora es Abogado del Estado y ayuda no creo que necesite mucha. Pero bueno, en fin… Ahí estuvimos colaborando y corregí algunas cosas que necesitaban atención. Esa reforma acaba de aprobarse en el Senado hace solo minutos. Y junto a ella, otra de aun mayor calado, hecha por CiU, para que no se aplique la ley a las marinas interiores como Santa Margarita o Ampuriabrava, pero tampoco a los núcleos urbanos con singularidad propia. Sera el gobierno el que determine que zonas merecen esa calificación (lo que augura nueva conflictividad), pero parece claro que con esto habrá enormes bolsas de afectados que se salvarán.
Una comision de la Plataforma formada por Alfredo Maso, Juan de Dios Alfocea, Jose Soler, Juan Miguel Garcia y yo mismo ha estado presente en el acto.
El debate francamente me ha impresionado por la pobreza intelectual de la representante del PSOE, su discurso plano y su ausencia de argumentos. Creo que ni siquiera ella creía lo que estaba diciendo. Pienso que estaba convencida de que las reformas eran necesarias pero que se debía al dogma. Un dogma desconexionado de la realidad, como ahora se ha demostrado. La senadora se limitaba a repetir que la zmt y la playa son dominio publico en virtud del articulo 132 de la Constitución, y de ahí no la sacaban. Es incomprensible su llamada al consenso y al dialogo cuando ella misma se remitía una y otra vez al precepto constitucional. Personalmente me ha dado pena. Mi amigo, el aguerrido Ian Styuvesant, que estaba conmigo, comentó que la senadora presentaba el mismo rollo artificioso y hueco que metió Alicia Paz en el Parlamento Europeo hace ahora casi un año. Y tenia razon.
La senadora socialista ha llegado incluso a reprochar a Leticia Diaz desconocer el concepto del principio de legalidad. La respuesta de la aludida ha sido contundente. Creo imprudente, temerario y tonto decirle una cosa asi a una persona que es Abogado del Estado. Cuando no tienes argumentos es que se nota un montón.
Ahora la ley ira al Congreso, donde los socialistas tienen mayoría, pero quien sabe. Lo mismo se aprueba en la siguiente legislatura, en la que el PSOE promete encoger como unos pantalones vaqueros en la lavadora.
Este es un hito historico en el camino que se inició en octubre de 2007, cuando Alfredo Maso me pidió que uniera a todos los colectivos de afectados a los que defendía por todo el país, que continuó con la fundación de la Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas en enero de 2008, la denuncia ante el Parlamento Europeo de febrero de ese año y la declaracion del pleno aprobando el informe Auken en 26 de marzo de 2009.
Después ha habido muchos que se han sumado a esa lucha o nos han imitado, pero el impulso fue y sigue siendo nuestro. Después de todo, sólo nosotros hemos elaborado un proyecto de reforma de la ley de costas.
La tiranía toca a su fin. Los integristas dogmaticos, doctrinarios y maniaticos que durante años se han cebado con los humildes, tendrán que resignarse. La fuerza de la sociedad por fin ha conseguido influir en el Estado, como corresponde a una sociedad civilizada.
Darán terribles coletazos, harán lo imposible para demostrar su poder derribando viviendas con prisas y rabia, pero no son ya más que ogros agonizantes.
Amigos, esto se acaba.
Enhorabuena.

EL RIO DE LA VIDA

noviembre 2, 2009

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Seguramente recordaréis la película de Robert Redford, El río de la vida. Hablaba de la pesca con mosca en los ríos. Parece algo muy simple que tiene que ver solo con las moscas, pero no. Tiene que ver más bien con el equilibrio, la concentración y la atención. Parece que hay toda una serie de impulsos y movimientos que deben hacerse en la forma precisa y en el instante adecuado y si no no vale. La cosa no es echar al agua el sedal sino que cada movimiento sea perfecto y esto no se aprende ni en los libros ni con la simple voluntad. Hace falta un maestro. Los maestros de la pesca con mosca son como aquel personaje encarnado por Robert Redford, tipos concentrados, embebidos en la técnica, indiferentes a todo lo demás y prendados de esa naturaleza que de modo incomprensible insiste en persistir incluso en este mundo corrompido hecho de residuos y escombros.

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Rusell en la península de Jandía, 28.10.09

En estos días conocí a uno de esos tipos, un irlandés moreno de ojos azules, como debe ser todo irlandés que se precie, cuya especialidad es meterse en el agua por la cintura para atrapar salmones. En Irlanda, en Siberia, en Alaska, por ahí. Ahora está haciendo la misma cosa en el océano Atlántico, en los bordes de una isla terrosa llamada Fuerteventura. Pero no fue él quien me llamó, sino su pareja, una alemana creo que libertaria llamada Karin que creo debe tener un pasado hippie o algo parecido. Como él, Karin valora al extremo la fuerza de la naturaleza. Hasta el extremo de haber venido a las soledades de Fuerteventura en los años setenta, comprar cuatro paredes sin techo y transformarlas en un hogar a medio camino del paraíso, en frente de un océano cambiante que puedes mirar todo el día sin aburrirte y que encierra algo así como la paleta de colores de un pintor.

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Karin en la peninsula de Jandía, 28.10.09

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ESTO ES LO QUE COMPRÓ KARIN EN LOS SETENTA

Rusell y Karin estaban sentados a mi lado cuando intervine en el Parlamento Europeo el 20 de enero de este año (http://www.youtube.com/watch?v=5x_UKuDcH-Q). Estaban junto a mí, pero ha sido en estos días cuando los he conocido. Porque su atalaya frente al Atlántico está en peligro, la casa se va al suelo y los sueños amenazan con transformarse en pesadilla. Como dicen, parece que se acabó el carbón. Esta frase hecha de la lengua castellana es así de expeditiva. Implica que todo ha sido bonito pero que ya no hay nada que hacer.

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Esto es lo que se ve desde la terraza de Karin

Fui con Karin a la minúscula oficina de Costas en el Puerto del Rosario, esa capital medio desolada que en un tiempo se llamó Puerto Cabras y que parece a mitad de camino entre la Europa rica y las colonias de un ultramar lejano e impreciso. Siempre tuve la conciencia de que estos espacios de Canarias, aislados, primitivos, en cierto modo desolados, eran los de la frontera. Recuerdo otra película, Bailando con Lobos, cuando el guapete y entonces joven protagonista se va a probar suerte con los indios porque quería ver la frontera. La frontera era como un mito, un territorio desconocido donde cualquier cosa era posible y la aventura parecía cosa segura.

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Sin quererlo, con tanto viajecito a Canarias sufrí un proceso semejante al del propio Kevin Kostner. El tomó a una mujer indígena y se transformó en indio. Un día participó en un reparto de palos y mamporros contra una tribu enemiga que se presentó por las buenas a quemar, violar; robar y fastidiar. Al terminar el combate se sintió más integrado que nunca en la tribu: entonces; sobre las imágenes de los indios buenos retirándose a sus tipis, escuchamos su voz en off: “ese día supe por primera vez quién era yo en realidad”.

Algo así me está sucediendo; incluso sin necesidad de bailar con ningún lobo ni tomar una mujer india: He visitado la frontera, me he identificado con los indígenas, he participado en sus luchas contra los invasores y de esa manera he descubierto quién era yo en realidad, hasta dónde era capaz de llegar, dónde estaban mis límites y qué capacidad tenía de valor, generosidad y sufrimiento. Valor para enfrentarme a los intratables señores, generosidad para regalar mi trabajo a los humildes sin recursos y sufrimiento para aguantar traiciones, difamaciones y puñaladas.

El funcionario que atiende en la oficinita de costas del puerto del rosario es de Málaga, un señor jovial con una dentadura sospechosamente impecable. Al contrario que en otros sitios; no nos pone problemas para analizar el expediente, o más bien la parte que tienen allí. Y no es difícil encontrar la pifia: a Karin no le habían dicho ni mú, todo el procedimiento se había tramitado a sus espaldas, violando los derechos más elementales de participación, audiencia y defensa: hay pólvora de buena calidad contra los indios invasores y el deslinde se puede anular porque la indefensión causada es de libro.

Con este respiro nos fuimos al sur. Cada isla es un reducto pequeño; limitado por todas partes, pero Fuerteventura es enorme y Karin vive en la otra punta, en el morro de la península de Jandía; un territorio ignoto, raro y particular por muchos motivos: uno de ellos es que está formada por dunas salvajes. El otro es que en los cuarenta fue cedido, entregado o prestado a ese hombre moderado y prudente llamado Adolf Hitler para que durante la segunda guerra mundial el ejército, la marina y la aviación alemana pudieran disponer de él. Aún hoy dista mucho de estar clara la propiedad de toda esa extensa península.

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El Puertito de la Cruz al atardecer del 27.10.09

Llegamos al último confín de la isla atravesando un camino de tierra impracticable abierto en un paisaje de pedruscos, con el faro como norte (aunque está en el sur), y al llegar pude ver lo que era en realidad el Puertito de los Molinos; del que Karin tanto y tanto me había hablado: un balcón a otro mundo, el mundo del pasado, con la poderosa naturaleza a sus pies. Ella sabía lo que hacía cuando en su juventud había desembarcado allí y se había liado a mezclar cemento para rehabilitar aquellas cuatro paredes míseras. Con eso estaba asegurando una vida idílica en el último reducto salvaje de Europa, en el extremo de un archipiélago extremo, lejos de todo, sin carreteras, sin tour operadores y sin hoteles. Todo era allí, incluso ahora, adecuadamente primitivo y humilde. La mancha humana era aún tímida en la gloria del mundo natural. La casa de Karin está construida sobre un escarpe natural que se alza sobre una playa de rocas y callaos. La auténtica playa está más allá, a unos cien metros. Arenas blancas, intocadas, sin empresarios de hamacas, sin chiringuitos y sin alma viviente. Y aún más allá, alrededor del faro, las olas hacían eso que solo se ve en los días de furia, correr hacia las rocas mientras el viento, aún antes de romper, les arranca la espuma de la cresta para dispersarla en el aire. Todo eso se vuelve único al atardecer, cuando nubes y olas de un rosado pálido se transforman en una orgía para los ojos y para las cámaras digitales de los turistas más aplicados, capaces de meterle al coche la paliza de ese largo camino de tierra.

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Karin y Rusell

Bien bien, a Karin y Rusell los ingenieros de costas les han quitado su casa, su sueño y su billete al paraíso. Todo el dichoso escarpe es ahora dominio público, pero, como en otros casos, a ellos no les han otorgado la concesión de la transitoria primera de la ley, aunque deberían haberlo hecho incluso de oficio. No no… las cosas siguen igual de mal. Pero se van a poner peor, porque todo el mundo (me refiero a todo el mundo con poder) está contentísimo pensando en el paseo marítimo que van a construir en ese espacio donde ahora están las casas. Así que de nuevo tenemos por ahí ruido de palas y maquinaria de color amarillo. Y las viviendas al suelo. Y con ellas todos esos sueños y esperanzas, todo ese convencimiento de que en su momento, al comprar las paredes herrumbrosas, fuimos afortunados e hicimos lo justo. Que teníamos razón, que la casa era como un barco, rodeada de mar y gaviotas, pero sin cabeceos, balanceos ni mareos. Que asomarse a la terraza era como hacerlo a un puente de mando. Que por la mañana podías ver el sol salir por tu izquierda y por la tarde ponerse por tu derecha, como si cada día manos invisibles pintaran para ti un cuadro nuevo.

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Olas en Jandía

Estos bestias piensan, pero no sienten. Es una diferencia que creo que se entiende bien. Ponen su línea y les da igual que se hunda el mundo. Quizá sepan que los ladrillos que van a quitar de en medio están empapados de ansias y recuerdos, pero les da igual. Cuando escribí mi tercera novela, LA PIEDRA RESPLANDECIENTE, quería darle alma a esas piedras de los yacimientos arqueológicos en los que tanto había trabajado cuando era estudiante. Me aburría como una ostra al limpiar con el pincel los muros de una casa argárica y con la novela le proporcioné historia, mito y aventura a todo eso.

LA PIEDRA RESPLANDECIENTE

A los muros de esas casas condenadas les pasa lo mismo. Ya sabéis (algunos, no todos): lo esencial es invisible a los ojos. No se ve bien sino con el corazón. Estos bestias ven estupendamente con los ojos, las lentillas y las gafas, no con el corazón. Por supuesto que desconocen toda diferencia entre un sombrero mejicano y una boa que acaba de tragarse un elefante: no podemos pedirle peras al olmo y si alguno de ellos lee estas líneas se preguntará de qué rayos estoy hablando. Lo suyo es dibujar líneas y arruinar la vida de las personas.

ElPrincipito

La boa que se ha tragado un elefante

El amable-sonriente funcionario de costas de Puerto del Rosario me lo confirmó. Sus jefes estaban a punto de convocar un concurso para adjudicar la redacción del proyecto de ese paseo marítimo. Y además nos saca un plano del Plan Rector de Usos del Parque Natural que muestra que toda esa zona debe dejarse expedita y libre. Será con buena intención, pero parece que esté hablando para niños de pecho. Nos muestra el plano como si todo fuera inevitable, como si todo Cristo, los de Costas y los vecinos, no tuvieran más remedio que someterse a esa dura realidad del Plan Rector de Usos. Pero yo sí veo lo invisible y no necesito consultar ni medio papel para imaginar qué ha pasado. Simple: Que cuando se hace el dichoso Plan Rector la Dirección General de Costas mete su informe vinculante diciendo, como suele, que hasta que no se dibuje la línea del deslinde (que entonces era solo una propuesta, y a pesar de ello) y se declare libre la zona, el Plan no se aprueba. Es decir, que no se hace nada hasta que los responsables escriban ahí lo que a Costas le dé la gana. Se trata de una prescripción ilegal. Totalmente ilegal. Absolutamente ilegal. Pero estos tíos son como los hunos. Inician el galope y nada crece bajo las patas de sus caballos. Y mientras en el gobierno de Canarias (y en los otros gobiernos de la CCAA) no haya buenos asesores que lo sepan ver, seguiremos sembrando las costas de injusticias y transformando la ley en un chiste malo. Quisiera que algún político, asesor, técnico o lo que sea se diera cuenta, por primera vez en su vida, que hay una diferencia entre Dios y la Dirección General de Costas. Hasta ahora no han sabido verlo. Costas dice una cosa y ellos pierden al mismo tiempo la razón y la voluntad, se vuelven muñecas de trapo y obedecen como buenos rumiantes.

 Es cierto, la cosa va adelante. Costas, Ayuntamiento, Cabildo, Gobierno de Canarias, por lo visto todos están la mar de contentos con ese proyecto. Un paseo marítimo en el fin del mundo, en medio de la nada. El de Puerto Lajas lo justifican porque en la zona los encargados de ello van a construir una barbaridad ¿Y en el Puertito de la Cruz qué? Todo el mundo está convencido de que hay planes secretos. Planes para complacer a los que ya os imagináis. Planes para enladrillar el paraíso. Sí, sí, Jandía es un espacio natural protegido, pero de alguna forma hay que buscar la racionalidad a esa medida que parece tan rara de un paseo donde maldita la falta.

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Karin con su vecino y amigo Pepe

 Al día siguiente nos dimos una vuelta por la zona. Los vecinos de Karin son entusiastas de esas casas ruinosas donde el rumor del mar nunca cesa. Un tipo con aspecto aguerrido le muestra las plantas de tomates que cultiva en la misma pared del escarpe. En la conversación se lamenta: Todo se va a perder. El paseo marítimo es inevitable. Hasta cinco veces (a pesar de su aspecto aguerrido) repite que lo único que cabe es resignarse. Menciona que los ciudadanos no son más que insectos que el gobierno puede aplastar cuando quiera. Los ciudadanos no son nada. Y algo más. Algo que puede lubrificar una deriva impropia de todo esto. Añade que en la isla mandan los godos y se hace lo que ordenan los godos, que los majoreros no son dueños de su destino y no cuentan.

karin y majorero

Karin con otro vecino. Rebeldia versus resignación

¿Veis? Los ingenieros de costas no solo se distinguen por fomentar el abuso y la injusticia. También están alimentando el secesionismo político de Canarias. Son tontos perdidos. Están haciendo daño no solo a la sociedad, también al Estado. Es lo que pasa cuando los políticos dejan su función en manos de tipos que no tienen ni corazón ni alma ni sentimientos ni nada de lo que distingue a las personas de los asnos, sapos, grillos y demás primos del reino animal (excepto el pensamiento frío, preciso y cortante como una cuchilla, que eso sí que lo tienen).Los políticos, suponiendo que se den cuenta, necesitarán años para sanar el mal que estos ingenieros de costas están haciendo en Canarias y las trabas que están poniendo para que allí el sentimiento de España siga significando algo.

Y para terminar, yo alucino. Simplemente alucino. Veo todo esto y me cuesta creerlo. Todos estos políticos, funcionarios y jefecillos están planeando, dibujando y estructurando un paseo marítimo que nunca en la vida se podrá hacer porque es ilegal. Sí sí, ilegal. No necesito ni consultar el proyecto ni repasar la ley. Nunca se podrá hacer ese paseo. Van en directa, están lanzados, convencidos y entusiasmados. Y esos vecinos cándidos, como los santos inocentes de Delibes, despojados de la dignidad y entregados a la resignación simplemente porque creen que la Administración siempre tiene razón y no ven que en España, bajo la retórica democrática, se está fomentando una sociedad sumisa en la que la función del ciudadano es consumir mucho y pensar poco.

No, no va a haber resignación, porque nosotros tenemos razón y ellos no. No solo son malos, son también unos paletos. Tanto poder como acumulan les ha hecho perder el sitio y creen que pueden hacer cualquier cosa. Nunca se hará ese paseo, y si se hace dejaremos de ser Europa. Si se hace habrá que darle la razón a los que fijaban la frontera de Africa en los Pirineos, o a los que insisten en que las Canarias pertenecen al continente al que están pegadas, no a la Europa culta, civilizada y plural. Si se hace ese paseo, será pisoteando la ley y el derecho.

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Amado Nervo

El río de la vida no se va a secar. Lleva agua, salmones, truchas, pero también sueños y esperanzas. Mira qué casualidad, Amado Nervo, el poeta mejicano, escribió que nos es lícito esperarlo todo de la vida, porque la vida es un río lleno de posibilidades, y le da lo mismo llenar un ánfora grande que un ánfora pequeña. Todas estas almas cándidas de Puertito de la Cruz, acostumbradas a recibir bastonazos, pueden ir al río con un ánfora gorda de la muerte y pedir que sus casas sigan donde están y sus plantas de tomates también. Esos zoquetes con coche oficial no son nadie para arruinarles la vida.

FOTOGRAFÍAS DEL AUTOR.  EL MATERIAL GRÁFICO ES PARTE DEL DOCUMENTAL «LAS PLAYAS DE LA IRA» EN FASE DE RODAJE.

 UNA VEZ UN REGISTRADOR DE LA PROPIEDAD JUBILADO ESCRIBIÓ UN ARTÍCULO EN EL QUE PLAGIABA PARTE DE UNA ENTRADA DE ESTE BLOG CONTENIENDO PASAJES DE EL ABOGADO Y EL MAR. OTRA VEZ UN CIUDADANO SE APROPIÓ DEL LOGO SÍ PODEMOS Y LO TIENE PEGADO EN SU WEB. POR FAVOR, PIDO A LOS POTENCIALES PLAGIADORES, COPIADORES Y APROPIADORES DE LOGOS QUE NO PLAGIEN, COPIEN NI SUSTRAIGAN MIS ENTRADAS DE BLOG. PUEDEN, EN CAMBIO, TOMAR PARTES CITANDO AL AUTOR, CONFORME A LA LEY. ESTOS CONTENIDOS TIENEN COPY RIGHT Y ESTÁN AMPARADOS POR LA LEY DE PROPIEDAD INTELECTUAL. Y TAMBIÉN ME REFIERO A LAS FOTOS.

José Ortega, abogado

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